Dos o tres preguntas posteriores...



¿Cuánto habrá ganado de memoria quien me ha olvidado?
¿Qué tamaño de recuerdo seré en, digamos, ciento diez días? ¿Seré recuerdo suficiente hoy como para irme a revolcar en la cama con mis quimeras?

Sucede que me canso de ser yo, y entonces pienso en mi sombra y en mi recuerdo. Me da por pensar en detalles de los recuerdos, como su peso neto, volumen o tamaño relativo. Pienso en tres o cuatro hechos del ayer como para ser reseñados en algúna revista llamada Anales del aburrimiento cotidiano, en dos o tres sucesos propios que dan para llevarlos a un anticuario a comer polvo de bellos relojes detenidos.

Fumo un par de cigarros que se humedecieron la otra noche que había llorado por no tener ganas de un suicidio colectivo. Y me pregunto si seré recuerdo suficiente para cuando la parca llegue y yo me haya ido.

Comentarios

Clau ha dicho que…
"Anales del aburrimiento cotidiano" lindo título, 2 tomos por favor
Jerry H. ha dicho que…
Creo que la memoria es más que neuronal, creo que todos dejamos memorias más etéreas que de alguna forma extraña durarán hasta el fin de la existencia. Memorias productos de obras cotidianas que se reproducen ad infinitum. Puedo garantizarle que su memoria es tanto neuronal como etérea, y que en cuanto a mis neuronas, durarán hasta que la parca pase por mí también, y en cuanto al mundo, estoy seguro que terminarás en la sonrisa de persona en la China en el año 2341 (que Dios lo permita). Un saludo amigo.

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