On dealing with my demons...

Las tormentas suelen dejar cosas interesantes a su paso. No solo muertes, lodo, llanto. A veces el lodo destapa algo que podemos hacer nuestro. Si no hubiera sido por ls tormentas fuertes que hubieron hace tiempo, no se habrían descubierto aquellos huesos de perezoso gigante a las orillas del Tomayate, por ejemplo.
¿Qué intento decir con ésto? Nada, que las tormentas recientes me han expuesto a varios de mis demonios, y los he abrazado, les he dicho qué tal y los he invitado a pasar a casa. Cuando dejan de ser extraños fantasmas de quienes apenas sentimos el viento frío o el ruido de cristalería que quiebran, y les tomamos de la mano y les sentimos igual de fríos que nuestros descubiertos pies a la mañana dejan su categoría incómoda, caben en alguna parte, incluso fuera de la casa. El viaje de la vida - que se hace con lo necesario - se aligera cuando aceptás la compañía en lugar de llevarla como una desconocida a cuestas.

Victor

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