Engordando vacíos

Busco sus nombres
algunas madrugadas.
Como pequeños bocados de nostalgia
ya inexisten

 — Vacio, me he hartado de vacíos —

Sus nombres:
rancios trozos de ayer
mascados hasta la náusea

Fueron pequeñitos pedazos
de amarguras
corriendo por detrás de la garganta
detrás del pecho

He rumiado nombres
viejos chicles ya insípidos
y he encontrado esta pared.


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A veces un blues suena y me he encontrado intentando invocar un nombre sagrado para dejar correr la nostalgia. No hay tal nombre. Aún así el vicio de la repetición regresa y las repeticiones son ahora tan vacías como otrora fueron tan cargadas de algo que pudo ir de la alegría a la profunda tristeza que causa lo que dejó de ser esperanza. Y me encuentro con noches como esta, noches invocando nombres que cargo sobre mis rodillas y que pesan de pura ausencia de todo - de emoción sobre todo - pero que duelen en el frío. Caigo en cuenta que a la larga no solo las calorías vacías pesan.