Está uno de ausente

Ellos y ellas saben quien soy. Saben que en cada letra va una disculpa por la ausencia y un deseo de volver a estrecharnos en un abrazo, sea mañana o cuando la vida nos de chance. Mi ausencia se me ha vuelto una forma de sopesar, de encontrar los espacios de cada quien, de ser un silencio que aguarda a ser roto por un hola que contiene todas las alegrías. La gente que me quiere sabe que está en el corazón, tatuada a fuego, ocupando el espacio ganado a punta de marcar mi existencia. Reclaman mi ausencia y mi corazón les reclama sus miradas. La gente que me quiere sabe de la vida, sabe de celebrar como yo cuando reaparecemos por ahí, en la ternura de un "qué te has hecho" o en la virtualidad de estas u otras letras, que siempre habrán de contener más de lo imaginado.

Quizá deba subrayarles esta noche lo de llevarlos escritos en mi libro de la vida. Esa que de no ser por ellos, quitaría sentido a que estas palabras contuvieran todo aquello que adivinan, porque les quiero.

Víctor


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