Recuerdos de Resurrección

A mi no me gusta la Semana Santa y todo el simbolismo alrededor de ella. No me gustan las procesiones, ni todo la estética que heredamos de la tradición sevillana de la Semana Mayor. Sin embargo amarrados a la Semana Santa están mis mejores recuerdos de los últimos diez años: las veces que fui a misionar a Morazán y a Chalate. La gente que conocí, como transformaron mi vida Rufina, Don Mártir, Don Ricardo, Victor.

De la Semana Santa lo mejor, el centro para mi es la fiesta de la Resurrección. Como católico sé que es la fecha mas importante del año, más que la Navidad y el Año Nuevo. La fiesta de la Pascua de Resurrección es nuestro motivo de regocijo más grande del año porque ese día recordamos de especial manera el día que Jesús, ese hombre pobre de Nazareth venció la muerte violenta, la injusticia, la impunidad, el fanatismo y otras tonteras que aún vemos en nuestros días.

La Vigilia Pascual más especial que guardo en mis recuerdos fue aquella en Ocotal. Veníamos con Curbelo de regreso del Chupadero. Salimos a las 5 de la mañana,  cerramos aquella ermita en que dormimos acompañados de todos los murciélagos del cantón (esa foto que ven era ahi) y emprendimos ese camino que ahora sin la presión de aquel señor cuyo nombre no recuerdo hicimos en casi el triple del tiempo en que él nos condujo el día que llegamos. Hoy que veo esa foto recuerdo que no dormimos en la hamaca porque los murciélagos  nos asustaban con frecuencia con sus vuelos cerca de la cara, una sola noche aguantamos dormir en las hamacas que nos proporcionó don Mártir. Era preferible dormir en el suelo, a merced de que se nos subieran las pulgas o un alacrán (como en efecto pasó con Curbelo).

Recuerdo tanto ese 2004 porque esa comunidad fue la más pobre de todas las que conocí: no habia mas que un camino suficientemente ancho para que pasara un caballo por él para llegar. Y esto era que era lo mejor que habían logrado hacer para facilitar el acceso a la comunidad, antes solo una vereda para una sola persona la que facilitaba el acceso al cantón.


Sin letrinas, sin luz eléctrica ni agua potable, a tres horas a pie (a paso de la gente de la zona, para llegar el señor que refería nos hizo llegar en dos horas) del caserío al que llegaba una calle, sin duda era el lugar más pobre que había visitado. El más pobre y del que guardo más recuerdos: el cielo, el Sumpul, Chindo, la torta de pescado envuelta en huevo, una mujer llevando un ayote para que la señora que nos daba de comer tuviera qué darnos. Tantos recuerdos, tantas aventuras: los cuches que casi nos matan del susto a la hora de ir a cagar, el toro que por poco se sale del cerco a mandarnos al chorizo, rasurarnos la cabeza mientras nos bañábamos en el sumpul, irnos a hacer la deposición mañanera en Honduras.



Recuerdo tanto de ese lugar. Quisiera ir de nuevo, saber qué ha sido de ellos, de Chindo, del señor que me enseñó a escupir en la cabeza a los polluelos de los chumpes porque "esos animalitos son ruines" y "porque uno tiene la mirada fuerte, hay que escupirlos para que no les de ojo", de los bichos que creían que no jugaba fútbol porque me veían muy serio. Prometí volver, sus voces resuenan en mi cabeza cada vez que reniego de mi situación: "ustedes son los únicos que se han atrevido a venir en varios años" "que bonito se siente, usté le levanta el espíritu a uno" "ja, usté va a venir pechito del chupadero, tiene valor de ir hasta allá abajo".
 

Recuerdo todo ésto justo ésta noche, de la Vigilia Pascual. Porque esa fue la única Vigilia a la que asistí por completo, pese al cansancio. Recuerdo especialmente ese día que me pusieron a recitar el Pregón Pascual porque yo podía leer bien y mi voz se oía sin micrófono. Recuerdo la alegría que sentí al decir:


Exulten por fin los coros de los ángeles,
exulten las jerarquías del cielo,
y, por la victoria de Rey tan poderoso,
que las trompetas anuncien la salvación.

 Llevo grabada esa estrofa con esos recuerdos. Porque supe que esa alegría, esa esperanza de esa gente, eso era y será siempre la resurrección.

Felices Pascuas de Resurrección.

Victor

P.D.: Queithcita, feliz cumpleaños cipota. Que Chus resucitado te bendiga mucho.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
¡gracias por la PD! :B
Mariocopinol ha dicho que…
q chivo eso q relatas y eso hace cuanto fue?
Victor ha dicho que…
Fue en 2004, Mario. Cinco años atrás.
Verónica ha dicho que…
Una experiencia transformadora, sin ninguna duda.
Verónica ha dicho que…
... por cierto, todavía te recuerdo con la cabeza rapada por completo, je je. Realmente representaba algo muy profundo.
Clau ha dicho que…
y 5 años más tarde, habrá llegado la "civilización" por ahí? o seguirán igual de felices, inocentes y en paz con el medio ambiente?
Victor ha dicho que…
Vero: Si, fue algo que me transformó y creo, para bien. Realmente mi vivencia personal era bien distinta antes de ir a Morazán y luego a Chalate. Fue significativo eso para mi, tanto como lo fue haber cambiado de carrera.

Clau No tengo idea de cómo estará la comunidad hoy. Este año teníamos planes de ir cerca e iba a provechar para verificar si ya era más fácil llegar ahí, pero no ha sido posbile. Luego lo de la felicidad y la paz con el medio... está complicado. Cuando fui esas tierras eran de lo más áridas, la gente tenía que viajar un buen trecho para ir a sembrar porque no eran suelos con vocación agrícola aunque hacían lo que podían. Justamente eso era una de las cosas difíciles de la vida ahí.

Saludos a ambas

Vic
Soy Salvadoreño ha dicho que…
¿Por qué no te gusta la Semana Santa y "todo el simbolismo alrededor de ella"?
¿Que no te agrada de la "la estética que heredamos de la tradición sevillana de la Semana Mayor"?

Me gustaria saberlo, no para polemizar, por supuesto.
Victor ha dicho que…
Soy: La tradición sevillana resalta de manera dramática los elementos del sufrimiento de Jesús en la Pasión, se evidencia en los ritos, las imágenes, el modo de vestir, etc.

En general, nuestra tradición resalta a un Cristo sufriente por sobre un Cristo que triunfa sobre la muerte y el mal del mundo. Se subraya la teatralidad y el adorno por sobre el triunfo del amor y la vida por sobre el mal y la muerte. El sacrificio de la cruz no fue hecho para sobrecogernos o llenarnos de culpas con aquello de que "cada vez que hacemos mal, crucificamos de nuevo a Jesús" si no que para liberarnos a la vida a hacer el bien.

En ese sentido, SoyS, es que no me gusta nuestra tradición: subrayamos la forma por sobre el fondo y eso aliena nuestra visión hacia el dolor y la muerte en lugar de apuntar a la vida plena.

Espero satisfacer la duda, y si no, con gusto sigo contestando. Saludos.

Victor
Clau ha dicho que…
en realidad la escencia es esa, la resurrección, pero en general los salvadoreños celebran más el viernes santo y se olvidan un poco del domingo.

A mi niño por ejemplo, en el colegio le contaron la historia de que Jesús murió, y estaba muy triste por eso, pero se les olvidó recalcar que vive para siempre.
Soy Salvadoreño ha dicho que…
Muchas gracias por tomarte el tiempo de responder mi inquietud.

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