Nada
Un día uno amanece sin nada que lo emocione de manera particular. Sin una razón especial para vivir, sin necesidad de crear un motivo para ello. No hay sufrimiento que trascender, ni alegrías que disfrutar y extender. Los retos están ahí, caminando a su propio paso. Los problemas están ahí con sus matices, sus atonías y aromas disonantes.
Un día uno amanece yermo, una brisa recorre los pliegues excesivos del cajón de tejidos que llamamos mi cuerpo. No hay qué platicar con los otros mi mismos que hemos creado a lo largo de la historia de éste ser que ora parlotea por una mariposa y otrora por un capuchón de lapicero.
Habrá que ponerse a vivir de alguna manera, antes de que se me olvide como es el olvido.
Un día uno amanece yermo, una brisa recorre los pliegues excesivos del cajón de tejidos que llamamos mi cuerpo. No hay qué platicar con los otros mi mismos que hemos creado a lo largo de la historia de éste ser que ora parlotea por una mariposa y otrora por un capuchón de lapicero.
Habrá que ponerse a vivir de alguna manera, antes de que se me olvide como es el olvido.
Comentarios
:)
Gracias por pasar y comentar.
Victor
creo entender cómo te sentís...hay días bien planos, en los que uno no sabe si está o no está
Gracias por pasar y comentar
Victor