Nada

Un día uno amanece sin nada que lo emocione de manera particular. Sin una razón especial para vivir, sin necesidad de crear un motivo para ello. No hay sufrimiento que trascender, ni alegrías que disfrutar y extender. Los retos están ahí, caminando a su propio paso. Los problemas están ahí con sus matices, sus atonías y aromas disonantes.

Un día uno amanece yermo, una brisa recorre los pliegues excesivos del cajón de tejidos que llamamos mi cuerpo. No hay qué platicar con los otros mi mismos que hemos creado a lo largo de la historia de éste ser que ora parlotea por una mariposa y otrora por un capuchón de lapicero.

Habrá que ponerse a vivir de alguna manera, antes de que se me olvide como es el olvido.

Comentarios

Raquel ha dicho que…
¿Y si todos los días amanecés así? =(
Victor ha dicho que…
Pos nos ponemos a vivir con el tedio como bandera de identidad y con el tic tac de la rutina como soundtrack, cipota. Asi hasta que toque traspaso.

:)

Gracias por pasar y comentar.

Victor
Clau ha dicho que…
siempre he tenido la duda...si los médicos no se recetan ellos mismos, los psicólogos no se evalúan a sí mismos?

creo entender cómo te sentís...hay días bien planos, en los que uno no sabe si está o no está
Victor ha dicho que…
Claudia Básicamente hacemos lo mismo que hace el resto de gente, solo que con más herramientas para hacerlo. Es decir, si pienso que estoy deprimido, sé en qué consiste la depresión, y eso me hace preocuparme de más o de menos por el tema.

Gracias por pasar y comentar

Victor

Entradas populares